lunes, 28 de febrero de 2011

Vida real, personajes y novelas


Reconozco que mi curiosidad no tiene límites y que, muchas veces, la inmensa mayoría, me excedo hasta cuotas pecaminosas por querer aprender de esto y de lo otro. No sé de dónde vendrá tamaña voracidad por el conocimiento (muchas veces inútil, la verdad) pero me gusta hacer gala de ello.
No-sé-quién me definió en cierta ocasión como un “personaje del Renacimiento”, léanse Leonardo Da Vinci o Erasmo, hombres muy duchos en todo tipo de materias, a lo que respondí con una sonora carcajada, ya que, si un servidor es algo, sin duda es un catacaldos, definición a la que me acojo a tenor de mi desorbitada afición por picar todo tipo de mierdas, cosa que, bien pensada, se me hace más sugerente que dedicar el tiempo a observar embobado Gran Hermano o el estilismo de la Belén Estebán, cosa que también es necesaria… ¿o no?
Estoy en contra de todo tipo de reverendos pseudointelectuales que, desde todo tipo de palestras, vociferan enconando a la población, instando a la quema de estos personajillos de tres al cuarto que venden su alma a la mejor exclusiva y nos dejan embobados con suculenta carnaza.
No se dejen engañar, los personajes, que no las personas, siempre han sido necesarios para la humanidad. Un personaje, bien sea literario, televisivo o político, encarna un prototipo con el que el lector, el espectador, se identifica, sobre el que se vomitan los miedos, los anhelos, las frustraciones, las sonrisas o, incluso, el amor perdido. Los personajes no dejan de ser un reflejo, individuos y actores que concentran el testimonio de la colectividad humana, así que, disfruten de ellos y, si es necesario, destrípenlos.
Y hablando de personajes, he creído necesario, en honor a mis compañeros de grupo de lectura para profesores, a mi madre (gran lectora ella) y a mí mismo, sugerirles la lectura de una novela un tanto coral y algo esquizoide, una obra de Truman Capote, en parte autobiográfica y altamente recomendada para adolescentes con algo de cabeza, donde los personajes –extremos e hilarantes- son los verdaderos protagonistas de eso que es el fiel retrato de la vida: la literatura.

CAPOTE, Truman. 2008. El arpa de hierba. Barcelona: Anagrama.

viernes, 25 de febrero de 2011

Gramática...


Este fin de semana me toca estudiar gramática... alemana... Disfruten, ustedes que pueden...

Yo estoy, tú estás
y ella está y él también:
y todos los que estaban, estuvieron
y están muy bien.

Estamos, estaremos
nosotros: ella y él
estarán lado a lado y yo, que estuve,
estaré.

Y si acaso estuviera
alguien que no haya estado aquella vez,
¡bienvenido!, que estar es lo importante
-y que todos estén.

David Chericián.
Lección de gramática.
En: Poemas con sol y son.
Ilustraciones de Vicky Ramos.
2001. Coedición Latinoamericana.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Crisis...


En la filosofía de la ciencia de T. S. Khun (N.B.: considero que esta disertación puede hacerse extensiva a otras áreas, en el caso de que alguien no comulgue con ello, que lo apunte en los comentarios, se lo agradeceré), la palabra “crisis” tiene una connotación positiva. Dice este autor que, básicamente, en cualquier ciencia, los paradigmas que la sustentan han de sufrir un proceso de revisión y posterior renovación que se desarrolla gracias a la crisis, es decir, toda crisis aporta nuevas ideas y establece nuevos puntos de vista desde los que el ser humano recupera la razón de ser y continúa perpetuando su pensamiento. Es lo que se llama revolución científica.
Si extrapolamos este razonamiento a la situación que sufre el mundo hoy día, se podría afirmar que una revolución ideológica está cerca… ¿O no?...
Desde mi azotea, no muy elevada y algo apocalíptica -todo hay que decirlo-, lo único que alcanza mi vista es la ropa tendida porque, más que revueltas ideológicas, contemplo sesos escalfados, la nueva especialidad de unas sociedades civiles cada día más apergaminadas, domesticadas e inertes. Así que, de revoluciones, ni hablar del peluquín… Ni en microscopios, ni en trigonometría, ni en la pintura, ni en el cine, ni en la música; a lo máximo que podemos aspirar es a comernos un mojón. Aunque pensándolo bien, intentaré consolarme concluyendo con que todavía es pronto y que el momento crítico no ha hecho más que empezar, que todavía hay cierta esperanza y que, de la imaginación de los hombres, nuevos gérmenes brotarán para alimentar nuestro pasar…
Resumiendo. He estado dos meses sin acudir a una librería y, cuando me doy un garbeo por algunas, me encuentro con los mismos títulos de siempre y el mismo centímetro de polvo cubriéndolos… ¿Acaso no hay escritores e ilustradores que rompan esta monotonía? ¿Acaso no hay editoriales dispuestas a arriesgar en beneficio de la literatura?
Seré rotundo: QUIERO VIBRAR LEYENDO.

lunes, 21 de febrero de 2011

MultiKulti




Los que trabajamos en el peliagudo mundo de la educación estamos más que hartos de ese invento denominado “multiculturalidad”... Que si “Indigestas jornadas gastronómicas bañadas en comino, jengibre y yerba mate”, que si “Hay que inscribirse en masa al curso de suahili que ha organizado el CPR”, o que “En este centro tan guay se puede entrar al aula con un sombrero mariachi, la gorra de los New York Yankees o una peluca al más puro estilo Celia Cruz”. Todo ello para ser más tolerantes, más aperturistas, más avanzados y más mejores.
Pero nos olvidamos de lo más importante: España.
En España nos encanta la lágrima fácil y la parranda a partes iguales, peculiaridad ésta de carácter mediterráneo. España también mama doble moral por un tubo, esa heredada del catolicismo. Si ponemos todo esto al servicio de la “multikulti” alemana, nos damos de bruces con ese coctel explosivo que reza “el cuscús catando y con el mazo dando”.
Está claro que la inmigración favorece que las sociedades se mezclen, enriquezcan y evolucionen (no somos más que un batido de circunstancias), sobre todo si todo ello se articula con naturalidad y respeto, nunca de manera forzada e inquisitiva, cosa que persiguen, no sólo las administraciones que dirigen el cotarro, sino toda una serie de trepas, léase editoriales de cualquier pelaje, que han visto en este asunto un filón para enriquecerse a manos llenas.
No son pocos los libros con títulos en la línea de “La vecina negra de Pablito” o “El corro de la patata de las mil razas”, lo difícil es encontrar publicaciones que, aparte de tratar el tema con cierta dignidad, tengan la suficiente calidad literaria como para recomendarlos en un lugar como este. Así que hoy dejo la LIJ patria a un lado y me decanto por otros títulos procedentes de esos EE. UU de Norteamérica que muchos odian porque sí.
Los libros de Rachel Isadora o The snowy day de Ezra Jack Keats son títulos ya clásicos dentro de la LIJ estadounidense que tratan de un modo elegante y responsable la variedad de razas y religiones que se pueden dar en la sociedad actual, cosa sobre la que esta nación nos lleva muchos años de adelanto.

viernes, 18 de febrero de 2011

Pintando pájaros...


Con un pincel de pelo de camello
pinté un pájaro.
Soplé tres veces al aire
y el pájaro salió volando.
Lo sorprendió en verano:
picoteaba el corazón de todas las frutas.

Con un pincel de pluma de pájaro
pinté un camello.
Di tres golpes en la tierra
y el camello salió andando.
Lo sorprendió el invierno:
nevaba sobre la punta de su joroba.

Roberta Iannamico.
Animales pintados.
En: Poemas con sol y son.
Ilustraciones de Vicky Ramos.
2001. Coedición Latinoamericana.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Grandes figuras de la ilustración de LIJ (VI): Apel.les Mestres







Y para finalizar este periplo por los grandes personajes de la ilustración infantil de finales del XIX y principios del XX, nos acercaremos a la vida y obra de un español, ese que da nombre a uno de los premios decanos en el álbum ilustrado nacional, Apel.les Mestres, artista polifacético dedicado al dibujo y la ilustración gráfica, la escritura o la música.
Apel.les Mestres y Oñós nació en Barcelona en 1854. Hijo de Josep Oriol Mestres, arquitecto que intervino en obras como la catedral y el Gran Teatre del Liceu, cursó el bachillerato en un colegio francés y más tarde en Llotja. Discípulo de pintores como Antoni Caba, Lluís Rigalt, Claudio Lorenzale y Ramon Martí i Alsina, pronto mostró gran afición por la caricatura.
Tras realizar numerosos viajes alrededor de España, Francia, Suiza e incluso Japón, entrando en contacto con los círculos culturales y artísticos, comienza en 1874 un álbum de dibujos titulado Libro verde, una especie de dietario con apuntes del natural: impresiones, retratos, actitudes humanas, indumentarias, detalles arquitectónicos o paisajes rurales. A partir de 1877 colabora en revistas catalanas y nacionales como La Luminaria de Nueva York, donde edita su primera historieta conocida hasta ahora, en La Campana de Gràcia, revista republicana, trabaja como dibujante de caricaturas y sátiras, y renueva incluso la cabecera, en la L'Esquella de la Torratxa, comienza a firmar con el anagrama compuesto de sus iniciales que tanto lo identifican, en La Publicitat, Avance, La Ilustración, La Tomasa, El Globo, La Velada, El Siglo, Blanco y Negro, El Gato Negro o Madrid Cómico.
El 1882 reúne en un libro, Cuentos vivos, las tres primeras historietas más o menos largas dibujadas y escritas por un autor a nivel español.
En 1885 se casó con la parisina, Laura Radénez, con quien no tuvo hijos. Un año más tarde abandonó la escritura a causa del agravamiento de una enfermedad que padecía desde hacía tiempo. El 1898 se recluyó con su esposa en una torre del pasaje Permanyer donde vivió dedicado a cuidar un jardín lleno de hortensias, hecho que le valió el título de “rey de las hortensias”.
En 1912 tuvo que abandonar el dibujo a causa de una afección a la vista. En 1914 se quedó casi ciego, lo que le obligó a dejar el dibujo y prácticamente la escritura, hasta que unos años más tarde, publicó canciones que le hicieron recuperar una gran popularidad
En 1920 muere su esposa Laura, a la que dedicó dos libros, y durante la madrugada del 19 de julio de 1936, recién iniciada la guerra civil, fallece él, siendo enterrado en el cementerio de Montjuic.
Fue investido con el título de maestro en gayo saber en 1908 al ganar tres premios ordinarios de los Juegos Florales, condecorado con la Croix de la Legión d'Honneur del gobierno francés por su actuación a favor de los aliados (1920) y con la Medalla d'Or de la ciudad de Barcelona (1935).
Apel.les concebía el libro como objeto de arte global, que le permitía escribir poemas, ilustrar los mismos, poner música, cuidar la calidad del papel, del color de la cubierta, de la distribución de la página, de las filigranas, de las orlas, de las letras, y del diseño de la encuadernación del libro. Ilustró gran cantidad de libros entre los que destacan Vobiscum, con ilustraciones de espíritu medieval propias de los incunables , y Liliana donde la técnica realista se sirve de la fantasía. Por estos dos libros se considera precursor de los modernistas e impulsor del diseño editorial, reivindicando la categoría artística de la figura poco considerada socialmente del dibujante. Sin duda, la obra gráfica de Mestres es una referencia obligada para conocer los orígenes del cómic español.

viernes, 11 de febrero de 2011

De cómo germina el amor


Empezando con cierto cansancio las pequeñas vacaciones que nos regala el calendario escolar (Lunes, 14 de febrero: festivo…, pormenores de las fiestas locales), de las que no me quejo –aviso-, he decidido solidarizarme con los amantes y amados, y dedicarles (¡A veces el amor ajeno es tan satisfactorio…! Se lo dice un soltero… -Suspiro-) unos versos en forma de lección de biología, mi especialidad didáctica.

Planté una mata de amor
en el fondo de mi vida.
La semilla fue brotando.
Primero echó raíz,
de la raíz nació en brote,
del brote nació la yema,
de la yema nació el tallo,
del tallo nació la hoja,
de la hoja nació la flor
y de la flor nació el fruto.

Y el fruto, que estaba verde,
después se puso maduro.
Y con él yo hice un dulce,
que te di para probar,
que te di para querer,
que te di para gustar.

Ricardo Azevedo.
Lección de biología.
En: Poemas con sol y son.
Ilustraciones de Vicky Ramos.
2001. Coedición Latinoamericana.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Grandes figuras de la ilustración de LIJ (V): Carl Larsson







Aunque Carl Larsson (Estocolmo, 1853- Falun, 1919) fue un pintor y diseñador de interiores sueco, ha pasado a la historia como uno de los grandes ilustradores de libros para niños.
Contrariamente a lo que se podría esperar de un artista de aquella época, la infancia de Larsson estuvo rodeada de pobreza y miseria. Sus padres carecían de ingresos económicos y escolarizaron a Carl y a su único hermano, Johan, en una escuela para pobres, la posterior escuela primaria de Ladugardsland. Cuando en 1866 contaba con trece años su profesor lo persuadió para solicitar una plaza en la Principskolan, el departamento preparatorio de la Academia de Arte de Estocolmo que finalmente obtuvo. Durante ese curso obtuvo hasta 12 medallas por su calidad como dibujante, pese a lo apocado que se sentía entre los demás estudiantes, generalmente de clases sociales superiores. Gracias a estos reconocimientos pudo optar a un curso en el departamento de dibujo antiguo donde, más seguro de sí mismo, logró destacar entre los círculos estudiantiles. En 1871, simultaneando sus estudios en la Academia, trabaja en el estudio fotográfico de los hermanos Roesler y como dibujante en la revista humorística Kasper.
Una vez terminados sus estudios en la Academia, Larsson trabaja duramente realizando numerosas ilustraciones para libros, revistas y periódicos, buscando su lugar entre el panorama artístico de la época, llegando incluso a instalarse en París en 1877, ciudad en la que, sumido en la pobreza, se dará cuenta de su fracaso e incluso pensará en el suicidio.
Sin embargo, dos años después, al trasladarse a Grez, una colonia de artistas escandinavos a las afueras de Paris, cambia su suerte al conocer a la que será su musa y gran apoyo moral para el resto de su vida, la también artista Karin Bergöö. Llegado a este punto y abandonando la pintura al óleo a favor del arte menor de la acuarela cuando comienza a recibir encargos y pintar algunas de sus mejores obras. Además, realiza varios viajes a Suecia, Italia y Londres que ayudan a conformar su talante artístico.
La familia Larsson se establece en 1888 en una propiedad que el padre de Karin posee, Lilla Hyttnäs, en Sundborn, en la cual reflejó la felicidad familiar y la prosperidad tomando como modelo a su esposa y sus siete hijos, premio a una infancia y adolescencia empobrecidas.
Entre sus obras, verdaderos éxitos de ventas en toda Europa, destacan Una casa (1890), Larssons (1902), La mujer sueca en las diferentes épocas (1907), Una casa al sol (1909), Hacia el lado del sol (1910) e Hijos de otra gente (1912), que se podrían calificar como álbumes ilustrados modernos, asi como ilustraciones para obras de otros autores como Schiller, Anna Maria Lenngren, Strindberg o Viktor Rydberg.
En el estilo de Larsson, enmarcado entre el realismo costumbrista y el modernismo, destaca la ternura y proximidad que evocan sus estampas, no sólo por la omnipresente institución familiar, sino por la importancia que adquiere la figura del niño, como en el caso de Kate Greenaway, lo que les hace valedores de una credibilidad frente al lector infantil: el niño se identifica con el niño y por tanto se acerca a él. De hecho, tanta es la caracterización de los niños en la obra de Larsson que son considerados como personajes con identidad propia. Por otro lado sus imágenes también persiguen proteger al menor del mundo, digamos que envolverlo en un cuento de hadas real y próximo.
En cuanto al estilo decir que, en la obra de Larsson, el dominio de la acuarela es evidente, tanto que la luz envuelve toda la atmosfera, y, como Hackham, dota a las escenas de cierto dinamismo.

viernes, 4 de febrero de 2011

De palabras



En días como hoy, en los que tengo que expresarme utilizando la tinta y el papel para que otros den fe de mis conocimientos, desearía que no nunca se hubiese descubierto la palabra. Más si cabe cuando la asignatura a examinar está repleta de palabras liosas, incomprensibles y paradójicas. ¡Menos mal que no hay demasiadas palabras compuestas! De esas como bicicleta, ferrocarril o aeroplano...

La bici sigue la cleta
por una ave siempre nida
y una trom suena su peta…
¡Qué canción tan perseguida!

El ferro sigue el carril
por el alti casi plano,
como el pere sigue al jil
y el otoño a su verano.

Detrás del hori va el zonte,
detrás del ele va el fante,
corren juntos por el monte
y a veces más adelante.

Allá se va el corazón
en aero plano plano
y con él se va la canción
escrita en caste muy llano.

Eugenio Montejo.
La bicicleta.
En: Poemas con sol y son.
Ilustraciones de Vicky Ramos.
2001. Coedición Latinoamericana.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Grandes figuras de la ilustración de LIJ (IV): Kate Greenaway







La inglesa Catherine Greenaway más conocida por Kate Greenaway (1846-1901) se considera la primera ilustradora (en femenino) de libros infantiles, además de cromos y calendarios.
Hija de John Greenaway, dibujante y grabador (de casta le viene al galgo) y Catherine Elizabeth Jones, costurera y comerciante, Kate se formó artísticamente a partir de loas 12 años en la Escuela de Arte Finsbury, donde permaneció hasta los 18. Más tarde acudiría a la Escuela Central en Kensington (Londres), pero por aquella época a las mujeres no se les permitía realizar dibujos de desnudos, por lo que acabó yendo a la Escuela de Arte Slade, donde sí ofrecían una misma educación a ambos sexos. Además, por las tardes acudiría a la Escuela de Arte Heatherley.
Al terminar sus estudios en 1868 comenzó a exhibir sus acuarelas en la Galería Dudley (Londres) que llegaron a venderse por 54 libras inglesas. Además, durante ese mismo año, comenzó a diseñar postales de felicitación para Marcus Ward o editores como Goodall, que más tarde se publicarían en numerosos calendarios y libros ilustrados. Señalar que estas estampas no comienzan a registrarse bajo su nombre hasta el año 1879, año en el que se publica su primer libro, Bajo la ventana.
Bajo la ventana es una colección de sencillos e idílicos versos sobre y para niños editado por Edmund Evans utilizando un proceso ideado por él mismo para realizar xilografías en color. Se convirtió en un éxito de ventas de la época, vendiendo rápidamente las 20.000 copias iniciales y obligando a la editorial Routledge a realizar una nueva reimpresión.
Otras de sus obras son El jardín de las caléndulas, El flautista de Hamelín, El libro de los juegos y El libro de los cumpleaños. Señalar que sus dibujos se usaron para decorar otros objetos como azulejos y porcelana.
Tras una vida marcada por la dedicación a su trabajo, repartido entre Frognall (Londres) y Rolleston, Greenaway murió de cáncer a la edad de 55 años.
Respecto a su obra, tachada con frecuencia de ñoña y cursi, podríamos hacer una valoración muy positiva ya que, en contraste con la de sus “rivales” y compañeros Walter Crane y Randolph Caldecott, supo conectar excelentemente con el público –sobre todo femenino-, aspecto que reflejan las ventas de sus creaciones. También se podría decir que establece un punto de partida en la ilustración inglesa posterior, una corriente que bebe de líneas sencillas y tonalidades suaves basadas en la aguada y el pastel. En lo que se refiere al apartado de curiosidades decir que a) es la primera en incluir desnudos integrales en sus ilustraciones, lo que ciertamente tiene mérito dado el ambiente opresivo de la época, b) la ropa que vestían los niños de sus dibujos fueron inspiradas, en parte, por la ropa que se vendía en la mercería que regentaba su madre y, en parte, por la obra del pintor británico John Hoppner, y, por último, c) inspiró el movimiento “The souls”, un grupo de madres de pensamiento liberal y próximas a los círculos artísticos que vistieron a sus hijas durante las décadas de 1880 y 1890 con las vestimentas de los personajes de sus obras.
Para lijeros y otros seres afines decir que la medalla Kate Greenaway es uno de los premios más importantes en el apartado de ilustración infantil, establecido en su honor en el año 1955 y que se concede anualmente por el Chartered Institute of Library and Information Professionals, el colegio profesional que representa a los bibliotecarios y otros profesionales de la documentación en Reino Unido, a un ilustrador de libros infantiles.